¿Conflictos en el equipo? Mejor cambiarlos por debates

23 de noviembre de 2021

¿Quién no se ha enfrentado en alguna ocasión a diferencias o discrepancias con sus compañeros de trabajo, con los integrantes del equipo o, incluso, con su responsable? Este tipo de conflictos son inherentes a la condición humana y se producen, generalmente, por la puesta en común de distintos puntos de vista o formas de entender una determinada situación.

Esto puede generar un ambiente de tensión, lo cual afecta de forma considerable y directa al rendimiento de la empresa porque impide avanzar juntos y crecer como equipo. O al contrario, puede crear un clima de colaboración y entendimiento, en el que se genere un debate constructivo y positivo. En este último caso, no será necesario intervenir para atajar la situación, pero en el primero es preciso que se tomen medidas cuanto antes para solucionar el conflicto.

Todo responsable de grupo debe tener a su disposición herramientas útiles para la gestión adecuada de estos conflictos que van desde el conocimiento de la raíz del problema, hasta la comprensión de cada una de las actitudes de las personas. El objetivo final es convertir ese choque de posturas en un constructivo intercambio de ideas e impresiones.

El punto de partida es el análisis en profundidad de la situación, deteniéndose en los hechos más relevantes, pero también en el lado emocional que envuelve el conflicto para alcanzar la solución más adecuada. Empatía y actitud conciliadora son los valores de los que debe hacer gala la persona que responsable del equipo.

La comunicación es la herramienta más eficaz a la hora de exponer los pros y contras de una situación y de avanzar hacia una solución que pase por el consenso y la implicación de todos los miembros del equipo. Para ello, se hace necesario fomentar el diálogo a nivel interno y tener en cuenta las capacidades y actitudes de cada uno de sus integrantes. Por último, es importante hacer un seguimiento de la situación que ha generado el conflicto, así como de las posturas y actitudes de los implicados para comprobar que la decisión o decisiones que se adoptaron han sido las correctas.